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Empordà mtb Challenge series 2017 by IBEROBIKE

Hasta Cruïlles nos fuimos para la última carrera del año y acabar por todo lo alto. Nos esperaba la Empordà Challenge de los amigos de Klassmark donde ya sabíamos que no defraudarían.

Como ya os expliqué en el artículo Pre-Carrera tenía ganas de volver para quitarme la espinita de la Gironès Challenge y disfrutar de un paraíso de senderos interminables.

Llegamos pronto al pueblo, a recoger dorsal y prepararnos, y a pesar de ser Diciembre y en plena ola de frío “a la guerra se va de corto” (y os aseguro que no era el único). Pies bien tapados, crema calentadora en las piernas, térmica con maillot y cortavientos, más que suficiente para acabar sudando.

A las 10h en punto arranca la carrera con los primeros kilómetros neutralizados aunque eso sería para los primeros, porque para nosotros que salíamos por la mitad íbamos a ritmo alegre adelantado y siendo adelantados.
Como ya sabíamos habría poca pista, la mayoría al principio de la carrera para estirar bien el pelotón antes de entrar a sendero.  Y menos mal porque la tensión se mascaba en el ambiente, todo el mundo quería estar delante, como si esos de ahí delante fueran cojos a la hora de trazar. Al final todo el mundo se colocó en su posición natural y no hubo incidentes por los nervios.

Se alinearon los astros y tuve el día inspirado, notaba que tenía fuerzas para apretar subiendo y flow bajando, pero corríamos en equipo y tenía que esperar a mi compañero porque aunque en un domingo cualquiera no hay quien le huela, el domingo pasado no fue su día. Arrancamos muy fuertes, pasando a muchos corredores, teniendo la sensación de no ir demasiado alejados de la cabeza de carrera pero tenía que ir mirando cada dos por tres para atrás.
No pasa nada, “un día por ti, otro día por mi”. Ir al 75-80% me hizo poder disfrutar mucho más del recorrido.

Nada más salir de Cruïlles nos mandaron hacia St Sadurní de l’Huera donde tras cruzar el pueblo sin apenas darnos cuenta nos metemos de lleno en el Parque Natural de Les Gavarres e iniciar la maratón de senderos infinitos, espectaculares, uno tras otro, de subida y bajada, sin descanso.

Llevábamos ya un buen rato disfrutando cuando llegamos a donde se separaban los dos circuitos, al cruce Rally/Maratón (o lo que es lo mismo Corta/Larga) y mi compañero me dijo después que si no hubiese sido porque yo lo iba animando y picando para seguir hubiese cogido la opción corta ya que iba fundido y con amagos de rampas. Hay días buenos y malos, y días en los que te levantas vacío a pesar de haber descansado los días previos, y esto es lo que le pasó.

Tras casi tres horas de carrera paramos en el segundo avituallamiento (el primero lo saltamos) situado en La Cavorca, estirar piernas, comer y beber cuanto quisiéramos.  Ya llevamos 39,5km y 1200m de desnivel acumulado, algo más de la mitad de carrera.

Seguimos pero Pedro cada vez va más tocado y sé de buena tinta lo que se sufre con esas rampas en el muslo por eso y aunque no deja de decirme que me vaya y que él ya llegaría, no pienso dejarlo solo. Ya estamos restando kilómetros para meta así que juntitos para lo bueno y lo malo.

Tras el avituallamiento una fuerte subida rocosa y una laaaaarga bajada por sendero.  Es que no me canso! Qué manera de disfrutar ya que no hay gran exigencia técnica y se puede rodar muy rápido sin peligro, haciendo bailar la bici de un lado a otro, clavando rueda trasera para encarar la curva. Mmmmm….
Aún se me escapa la sonrisita mientras lo recuerdo para escribiros esto.

Km42 y encaramos otro gran pico del perfil hasta coronar en Fitor, a 270m sobre el nivel de mar y con 3h26’ ya en las piernas.

Van pasando las horas con el ritmo va bajando. Pedro cada vez va más tocado y hay que cambiar el chip de “Corre-corre” a “llega a meta vivo”.  Por mi parte intento animarlo como puedo pero llega un punto en que no hay nada que hacer más que estar ahí.

Tercer avituallamiento, Coll de la Tramuntana, 57,5km y 1800m. Parece que tras la parada va algo mejor pero no pasan ni diez metros que se vuelve a enganchar. Las subidas las hacemos a pie aunque la mayoría son ciclables y cualquier día normal las haríamos sin inmutarnos. Las bajadas es donde me permito disfrutar y esperarlo al acabar el sendero.

Quedan apenas 200m de desnivel en 17,5km pero son unas cortas y duras pendientes que llevando las piernas cómo las lleva se atragantan (incluso me empiezan a pesar a mí también).  Ya ni en los últimos cuatro kilómetros de pista antes de volver a llegar a Cruïlles podía pedalear con fuerza.

5h22’ según el tiempo oficial, 4h59’ de pedaleo, completando la Maratón de 75km y 2.000m de desnivel entrando los 55º y 56º de la clasificación de equipos, llegando extasiados y con la sensación de poder haberlo hecho mejor “si no hubiese sido por…”. Pero nada de lamentaciones, las cosas van como van y como ya he dicho “un día por ti, otro día por mí”.
Felicitar a los ganadores de cada categoría que tanto esfuerzo hay detrás de dicha victoria ya que sólo el que haya hecho el recorrido sabrá lo duro que es hacer lo que estos dos humildes aficionados hicimos pero una hora y media más rápido.

Y con esto me despido y acabo la última crónica del año, la última carrera de la temporada y la última ruta con mis queridas Gyroscope Gravity que con tanto dolor tendré que devolver. Puede que influyeran a la hora de ganar flow en bajadas con sus mejoras respecto a mis ruedas habituales.

Hasta la próxima amigos.

SALUD Y PEDALES

2 comentarios en «Empordà mtb Challenge series 2017 by IBEROBIKE»

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