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Orbea Cadí Challenge 2017 by IBEROBIKE

El Parque Natural del Cadí-Moixeró es el eje vertebrador de la Orbea Cadi Challenge, ya que el 80% de la ruta discurre por carreteras que nos adentran en este paraíso natural. Descubrir parajes desconocidos, rincones de ensueño y puertos alejados de las rutas tradicionales.

Así de bien se presentaba. Una cicloturista bajo el concepto challenge compuesto por dos etapas, realizando un recorrido circular en torno a la Sierra del Cadí, con principio y fin en Guardiola de Berguedá haciendo noche en Bellver de la Cerdanya con un total de 247km (135+112) y 5.300m de desnivel, ruta exigente para sacarnos de nuestra zona de confort pero a la vez que nos hará disfrutar de un entorno espectacular.

Etapa 1. Guardiola de Berguedá – Bellver de la Cerdanya. 135km, 3000m D+.

Emocionado y tras el madrugón, llego temprano a Guardiola de Berguedá para recoger el dorsal y dejar mi sello en el control de firmas. Puede ser una tontería pero aparte de para saber la gente que toma la salida o no (alguno se puede escapar sin firmar) es un detalle que gusta, te hace sentir muy PRO.

Y ahora a prepararse, pensar en no dejarse nada y llevar la maleta al transfer para que nos esperara allí cuando llegáramos al albergue La Bruna donde pasaríamos la noche.

Como empieza a ser habitual en muchas carreras la primera etapa era obligatorio usar el maillot conmemorativo pero igual en otras ocasiones te puede ser un incordio porque te sea incómodo por un material malo o haga bolsas, etc, aquí todo lo contrario, creo que es de los pocos que usaré después de ese día. Se adapta como un guante, totalmente transpirable y fresco, y con un diseño muy OldSchool que tanto gusta.

Arranca la etapa!

Sinceramente no me había estudiado demasiado las etapas, simplemente quería ir tranquilo a disfrutar de un fin de semana de bici y naturaleza pero como se suele decir, la primera y en la frente. Nada más salir de Guardiola de Berguedà nos meten en la Collada Subirana, 7km al 6,7% de media pero con varios tramos de rampas de más del 15%. Se apretaban los machos nada más empezar.

Una vez coronado y sudando ya la gota gorda, toca bajar. La carretera preciosa rodeados de pinos y verde por todos lados (igual que veis en la foto) pero donde había que ir con cuidado porque había algo de tierra suelta en las curvas y algún que otro paso de ganado, lo que hacía que si lo encarabas tumbado ibas al suelo. Cómo ya he dicho, me lo tomé con calma y sumado a que soy un tocho con ruedas me adelantaba todo dios.

Llegamos a la Pobla de Lillet donde empezaría el puerto más largo del fin de semana, La Creuta, puerto de 1ª categoría, 20km donde se salvan 1076m de una tirada, con unas vistas espectaculares de alta montaña y pasando pueblos emblemáticos como Castellar de N’Hug.

Nuestra amiga no estaba muy contenta de vernos.

Poco después de coronar a casi 2.000m de altitud estaba el primer avituallamiento donde paré a reponer algo de fuerzas. Por ahora iba bien, sin mucho dolor de piernas pero el calor haría mella al final.

Encaro una bajada rapidísima (bueno, yo a mi ritmo) con buen asfalto y es donde me caza Edu, compañero que conocí en ese momento y con el que pasaría la mayor parte del resto de etapa.

La Creueta había hecho cribaje y Edu y yo nos quedamos solos sin ver a nadie ni por delante ni por detrás, por esa razón y aunque él bajaba más rápido, me esperaba un poco para una vez llegados al pueblo del Vilar d’Urtx ir acompañado. Unos seis kilómetros de llano, una pequeña tregua antes de encarar otra pequeña subida, momento en que nos cazan un pelotón de unos seis ciclistas.

Una vez coronado poco después de pasar Urús viene una larga bajada donde les dejo pasar y me quedo cerrando el pelotón para no molestarles. No es una bajada muy técnica pero al ser carreteras de alta montaña, el asfalto está bastante roto y no se puede ir del todo cómodo.

Km93 cuando pasamos por Bellver de Cerdanya donde se acabaría la etapa pero aún nos tenían preparado un par de encerronas más. Cruzamos el pueblo y nos desvían hacia Prullans donde estaba instalado el segundo avituallamiento. Paramos todos a reponer fuerzas y como siempre me suele pasar meto más líquido que sólido lo que me acabaría pasando factura al final.

Sin entretenerme salgo disparado hacia arriba y con la transmisión que llevo no me deja más alternativa que intentar coger un ritmo cómodo a pesar de ir demasiado atrancado. Llevo un plato pequeño de 39t y un piñón grande de 23t, así que imaginad cómo voy de justo en las paredes del 20% que nos íbamos encontrando.

Viendo los datos del puerto no me parecen tan duros pero os aseguro que con más de 100km rompepiernas, más de 2300m de desnivel a cuestas y sobre todo los más de 30ºC, estaba gastando muchos más cartuchos de la cuenta.

Coronamos en Lles de Cerdanya y toca volver a bajar, esta vez por una carretera de asfalto tan roto y curvas cerradas que no me sentía cómodo y frenaba demasiado por lo que acabarían cazándome Anna Güell y Miguel Sánchez, a los que había dejado atrás subiendo el puerto y con los que acabaría llegando a meta.

Una vez llegados a Martinet y pensando que ya estaba todo hecho, en seguida nos desvían hacia la última emboscada del día. Dos kilómetros de subida que se hacen interminables y después un continuo sube-baja por carretera de campo llena de gravilla pero a pesar de todo, con mucho encanto.

Mucha gente se quejó de este tramo porque era realmente peligroso intentar ir rápido pero la organización ya avisó y además había carteles avisando antes de llegar. Accidentes y caídas pueden ocurrir siempre pero qué queréis que os diga, después de esos avisos ya es responsabilidad de uno mismo querer llegar dos minutos más tarde y no arriesgarse a besar el suelo.

Acabamos la primera etapa con 135km, 3.000m D+ y 5h47’ de pedaleo, 5h52’ de carrera. Etapa muy dura aparte de las fuertes pendientes y el perfil de sierra rompepiernas, por las altas temperaturas que fueron mermando poco a poco.

Fotos de la 1a etapa de la Cadí Challenge 2017 celebrada el 10/06/2017 a Guardiola de Berguedà

Ver tabla de tiempos: online.cronotime.net

Ahora toca relajarse, intentar comer algo en el avituallamiento final pero que poco entra con el estómago cerrado y después de poner al día las redes sociales me voy junto a Edu (que había entrado pocos minutos después que yo en meta) hacia el albergue La Bruna donde se hacía noche, en busca de la bolsa y una buena ducha.

Las vistas desde la terraza no tenían desperdicio.

Tras una larga y refrescante ducha me enchufo los electrodos de “el tamagochi” bajo el tejano y dejo haciendo unas sesiones de “Recuperación Intensiva” mientras contemplo el paisaje y me entretengo revisando de nuevo las redes sociales.

Poco después llega Edu Nomen con su compañero de habitación Sergi Blasco, con los que pasaría una amena tarde haciendo un poco de turismo por Bellver hablando de lo que habíamos pasado, de lo que nos esperaba al día siguiente y mil cosas más.

Etapa 2. Bellver de la Cerdaya – Guardiola de Berguedá. 110km, 2300m D+.

El calor y los cartuchos gastados el día anterior pasan factura y noto las piernas bastante agotadas (supongo que también sumado a los últimos meses que llevo detrás) pero toca volver a vestirse de torero y tras haber desayunado, haber recogido todo y dejado la bolsa en el transfer, vamos hacia la salida, justo en la puerta del albergue.

La etapa no pintaba tan dura como la anterior, con los primeros 30km neutralizados y después tres picos bien marcados, sube-baja, sube-baja, sube-baja y meta. Qué fácil, verdad?

Arranca la segunda etapa sin nervios, neutralizada hasta llegar a la Seu d’Urgell, con la típica goma que se iba haciendo, rodando tranquilamente calentando bien las piernas.

Tres cuartos de hora rodando a altas velocidades sin inmutarnos, sin subir de pulsaciones, llegamos a la Seu, nos desvían a carreteras secundarias y se lanza definitivamente la carrera.

Primer puerto del día, Coll de la Trava, 1ª Cat, 16km, 800m D+.

Arranco con fuerza para intentar ganar distancia en las subidas sabiendo que en las bajadas perderé pero en seguida me doy cuenta de que iba a ser un día de “dosificar para acabar”. Pues nada, platillo y piñón grande y a intentar llevar un ritmo cómodo pero el asfalto está muy roto y las pendientes superiores al 10% no ayudan.

Pasamos por el pueblo de Ges antes de coronar, típico pueblo de alta montaña perdido en el que sólo se respira paz…

Se hicieron bastante largos los 16 kilómetros de subida y paro en el avituallamiento a beber y comer algo. Justo cuando ya me iba corona Edu y sabía que me arrancaría las pegatinas bajando, y así fue, no lo volví a ver hasta llegar a meta.

Sinceramente, subiendo no veía nada más que mi rueda delantera pero bajando me permití el lujo de bajar el ritmo (aún más) e inmortalizar el paisaje que no tenía desperdicio.

Foto tomada pasado Comella.

A medio puerto de bajada me cazan Llibert Fortuny junto a dos con los que fue todo el fin de semana y un gran número de gente que se sumaba al trenecito. Cómo se nota el triatleta que lleva dentro…

Ni qué decir tiene que yo también me sumé al carro. Era un tramo de bajada rapidísima con curvas abiertas y pude seguirles el ritmo gracias a verles la trazada. Qué importante es llevar una buena rueda que te marque el camino.

Km66, llegamos a Tuixent, ya tenemos un pico del perfil hecho, sólo quedan dos.

Encaramos Coll de Josa, 2ª Cat, 11km, 500m D+

El gran pelotón se fue reduciendo y tras la foto me descolgué para no morir intentando seguirles.

Ritmo crucero para acabar dignamente.

Este puerto era mucho más llevadero, sin fuertes pendientes, y ahora sí que pude ir disfrutando del paisaje. Sin duda, me he enamorado de la zona y no dudé ni un segundo en parar para inmortalizar el momento.

Josa de Cadí al fondo.

Km78, una vez coronado el segundo pico de la etapa me dejo caer para relajar las piernas durante dos kilómetros más hasta llegar a Gósol donde estaba el segundo avituallamiento del día. Cómo no, me paro a hidratarme que el sol pegaba fuerte.

Tenemos por delante 7km’s de tregua, de llano-bajada, hasta que pasado el pueblo de Ferners nos desvían hacia el último puerto del día y el más duro, Coll de Pradell, 2ª Cat, 8km, 500m D+.

Por los datos no parece tanto pero os aseguro que los tres primeros kilómetros la pendiente no bajaba del 10%. Cómo ya he dicho, con la transmisión de velocista que llevo, me hacía ir demasiado atrancado, de pie desde la base del puerto, sudando la gota gorda y luchando con los demonios de mi cabeza por no bajarme de la bici.

No veía la hora de coronar y de que se acabara la tortura. Ingenuo de mi…

Sí, nunca pensé que podría desear que se acabara la bajada. Gracias Cadí Challenge por hacerme sentir cosas que nunca imaginé que desearía.

Justo pasar la cota más alta del día, a 1700m de altitud, en picado para abajo. Cinco kilómetros, cinco mil metros seguidos uno tras otro, de asfalto rugoso de alta montaña, roto, con curvas cerradas y una inclinación mínima del 10% estando casi todo el rato rondando el 15%, y con un tramo de un kilómetro totalmente recto al 33% con un asfalto que parecía una tabla de lavar antigua. Sí, lo habéis leído bien, 33% de inclinación. Los frenos echando humo, llevando el trasero casi clavando rueda para soltar un poco el delantero porque hubo un momento en que me veía volcando por delante. Barajaba la posibilidad de soltar frenos y acabar lo antes posible, pero se descontrolaría la bici así que mejor no; también la de bajar andando pero sería peor y una vez perdiera la posición me sería imposible volverme a subir a la bici. Nada, con los cojones por corbata, rozándome la rueda en el culo tipo trialera en mtb y teniendo el tacto de un cirujano para no frenar más de la cuenta llegamos al pueblo de Vallcebre donde ya todo se suaviza y tras unos últimos metros de subida, vienen unos ocho kilómetros de bajada rápida por buena carretera. Buen asfalto, mucho más cómodo plegándome en curva, así vuelan los kilómetros, y casi sin darme cuenta llego a META, acabando así la segunda etapa con 110km, 2000m D+ y 4h15’ de pedaleo, 4h20’ de carrera.

Listado de tiempos 2ª etapa y ranking general: online.cronotime.net

Acabaría la Challenge con un tiempo total de 10h12’10”, el 26º de la general. Muy lejos de la cabeza pero sinceramente, para qué? Para qué correr más y exprimirse para subir un par de puestos e ir tan fundido como para disfrutar del recorrido?

Mis conclusiones son claras, Orbea Cadí Challenge es sin lugar a dudas totalmente recomendable y una de las que marcar en el calendario 2018. Eso sí, no seáis tan insensatos de llevar un plato pequeño de 39t como yo.

A pesar de todo. A pesar de que no es ningún paseo, de que son 250km y 5.300m de desnivel en dos días, de que los puertos que nos vamos a encontrar serán demoledores, de que habrá alguna bajada hasta peligrosa, de que el asfalto está roto, típico de alta montaña, de que acabaremos con las piernas como botijos y no podremos ni subir escaleras al día siguiente. A pesar de todo vale la pena sólo por pedalear rodeado de esa naturaleza, rodeado de esos paisajes, dar la vuelta al Parque Natural del Cadí-Moixeró. Sin duda a mí me ha enamorado. Y sobre la organización, se nota que lo hacen con cariño y no para subirse al carro de la moda y ganar dinero. Se preocupan por todos los detalles, hasta el más mínimo, cuidan al corredor para que no se preocupe de nada. Este año ha sido la primera edición y si no cambia nada auguro muchas ediciones más.

Soy consciente de que se me está llenando la agenda del 2018 con todas las que quiero repetir pero sin duda ésta estará bien marcada.

Espero que os haya gustado la crónica de lo vivido este fin de semana y con esto me despido hasta la próxima amigos.

SALUD Y PEDALES

1 comentario en «Orbea Cadí Challenge 2017 by IBEROBIKE»

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