Una nueva edición de la Polar Gran Fondo La Mussara y por segundo año consecutivo no podíamos faltar a la cita. Si la edición 2016 me la tomé simplemente para acabar (crónica completa GF2016) esta año quería rebajar tiempo sin morir en el intento.
190km 3.200m de desnivel, no es ninguna broma.
El sábado nos pasamos por la Fira de Reus a recoger dorsal junto al maillot, dar una vuelta por los diferentes stands y dejar nuestra huella en el mural de firmas.
Dorsal 1207 y 3r cajón (Santini), salida 7:45h.
El año pasado, una vez lanzado el pistoletazo de salida a las 7:30h fueron pasando los 7.000 corredores pero esta edición era diferente. El primer cajón salía igual y los siguientes en intervalos de cinco minutos. Hasta ahí todo correcto el problema viene cuando el segundo cajón tarda poco más de un minuto en vaciarse y nosotros tenemos que esperarnos casi cuatro en poder salir en su caza.
No sé si la organización lo hizo así por el tema de ir dejando pasar tráfico de la ciudad pero para los corredores fueron unos minutos más de impaciencia.
Arranca la carrera!
Cómo estábamos en primera fila tras la cinta tenemos terreno libre por delante y como el día iba a ser muy largo no salgo al sprint, pero al pasar un par de calles veo que Rubén se engancha a otros dos corredores y decido forzar un poco para sumarme al mini-pelotón. Al menos, quería aguantar hasta la base del primer puerto del día.
Salimos de Reus y tenemos por delante rectas interminables pero el compañero que va en cabeza va marcando un ritmo alto, del que no puedo hacer ningún relevo porque me acabaría desfondando en las primeras de cambio.
Antes de llegar a Vilaplana ya habíamos cazado un pelotón donde decido quedarme a relajar algo las piernas, y así casi sin enterarnos llegamos al puerto de montaña más largo y el que le da nombre a la carrera, La Mussara, 10km al 5,8% de media y único tramo cronometrado donde quería marcar tiempo sin vaciarme del todo. Cogí mi ritmo quedándome a umbral y fui pasando a muchos corredores. Obviamente también me pasaron a mí pero a un ritmo tan alto que me fue imposible engancharme a rueda.
Marqué el 334º mejor tiempo con 34’34”, a 7 minutos del primero.
Una vez coronado y en el avituallamiento que había, me esperaba mi familia donde paré unos segundos a saludar. Aún estaba fresco.
Toca bajar, y me lo tomo con calma. No soy bueno y me asusta plegarme demasiado, será que con mi 1,83m veo la hostia desde más arriba, no sé pero no quiero sustos y no arriesgo nada. Además, tampoco vamos a ganar el Tour así que para qué jugarse el besar el suelo por querer ir de Peter Sagan? Alguno se lo tenía muy creído y te pasaba poniendo en riesgo su integridad y la tuya.
Tendencia de bajada con algún tramo de subida hasta el km44 donde encontramos el segundo puerto del día, Coll de Picorandan (5km, 6,2%) donde vuelvo a coger mi ritmo justo por debajo de umbral y adelanto a muchos de los que me han pasado bajando. Esa sería la tónica del día, me adelantan bajando, adelanto subiendo.
Coronamos y bajamos hasta La Febro donde empieza el tercer puerto, el Coll de les Pinedes (7,2km, 3%), que más que un puerto es una subida tendida donde volveremos a tocar la cota máxima (980m).
Km64, llevo poco más de tres horas y algo más de 1000m de desnivel y casi sin enterarme. Aún no ha llegado lo duro.
Viene una laaaarga y rápida bajada donde como antes me dejo llevar. La carretera es ancha y el asfalto es bueno pero sigo sin querer forzar y me pasa tooooodo el mundo.
Sé que estoy perdiendo tiempo y muchas posiciones pero como ya he dicho, vamos a ganar algo? Sólo quería bajar mi tiempo del año anterior y eso era factible.
Km79, Cornudella de Montsant, ya no hay marcha atrás porque llegamos a este pueblo tras haber pasado el cruce de Corta/Larga. Avituallamiento. Me bajo de la bici sin prisas y noto muchos nervios en el ambiente, la gente corriendo de arriba para abajo, engullendo, llenando bidones y corre para retomar la marcha. Yo no, me bajo, me pongo a comer un bocadillo de pan de molde que había, bebo sin prisas y tras un par de minutos, cinco como mucho, vuelvo a subir a la bici.
Tenemos por delante el cuarto puerto de montaña del día, Coll d’Albarca (10km, 3,7%), muy tendido con pendientes suaves y con un máximo del 8%. Por esa razón, una vez en carrera no sabías si llevabas tres o cuatro puertos coronados. Todo va sumando desnivel sin grandes rampas (aún).
Una vez coronado y con 86km a cuestas toca volver a bajar hacia Ulldemolins donde una vez pasado tenemos tres kilómetros más de subida antes de un falso llano y desviarnos hacia la bajada más espectacular del recorrido. Km104, ya hemos pasado el ecuador, y encaramos una carretera estrecha, de fuerte inclinación, reviradísima y donde te embalabas fácilmente sin darte cuenta. A pesar de lo tocho que soy disfruto de las bajadas como todo el mundo, a mi velocidad y a mi ritmo.
Km112, Margalef, avituallamiento. Vuelvo a parar sin prisas a comer algo de sólido aunque ya empezaba a entrar poco.
Continúa el recorrido unos veinte kilómetros con tendencia hacia abajo hasta pasar el pueblo de Vilella Baixa donde empezaría el quinto puerto del día, el penúltimo, y el más duro, sobretodo el último tramo, Coll Roig (10km, 4,6%).
Primer tramo hasta Escaladei bastante llevadero con un 3% de media aunque sabiendo lo que me esperaba después decido no forzar y reservar fuerza ya que empiezan a ir justas y el nudo de la garganta cada vez es mayor.
Viene lo duro, conocida por los lugareños como la “mata-machos”, pasas una curva a derechas y te encuentras un muro del 20%, gente subiendo haciendo zig-zag, otros bajados de la bici con rampas hasta en las pestañas. Con mi plato pequeño del 39 y mi piñón grande del 23 no me deja muchas opciones así que todo puesto y a apretar los dientes. Tengo que reconocer que pensé un par de veces en bajarme de la bici, no tengo trabajado el ir por encima de umbral y me fatigo enseguida. Por suerte no es todo el rato al 20%, da un pequeño descanso del 9% para volver al 15%, otro pequeño descanso del 9% y otra vez al 15%, todo ello concentrado en cuatro kilómetros. Ahora entendéis el nombre que tiene?
Km144, coronamos en la Morera de Montsant, y paro en un nuevo avituallamiento. El nudo sigue y ya no me entra nada sólido. Así que nada, relleno bidón y para abajo hasta volver a Cornudella de Montsant y de vuelta a Reus.
Me queda un último puerto, el Coll d’Alforja (5km al 4,6%), muy llevadero a priori pero las fuerzas van justas para todos. En este punto volví a recordar lo que es el compañerismo, lo que es no dejar a un camarada tirado, el año pasado me tocó a mí remolcar y se me ponen los pelos como escarpias de recordar las emociones que vivimos y que estaría viviendo ese corredor.
Coronamos el último puerto del día poco después del cruce de antes donde tenías que elegir GranFondo/MedioFondo y ahora sí, con 3000m de desnivel acumulado, encaramos los últimos treinta kilómetros de “bajada” con algún que otro repechón (ganaríamos 200m más hasta llegar a meta) y pongo comillas porque es de esa bajada que si dejas de pedalear casi te paras, donde ruedas a más de 50km/h y sufres del viento de cara. Las mismas rectas que sufrimos en el inicio de subida, ahora de bajada con las fuerzas muy justas, con viendo de cara y sin ningún relevo.
Llegamos a Reus y aún quedaba dar un rodeo por la ciudad para llegar a meta. Un rodeo de un par de kilómetros donde al ir adelantando alguno se me enganchó a rueda, lo oía, y tras kilómetro y medio chupando rueda cómodamente, al entrar en recta de meta pensé que sería un poco caballero y después de aprovecharse de mi rebufo no me atacaría pero me equivoqué, ni que le diesen un premio por entrar dos segundos antes que yo.
7h11’02” (6h45’ de pedaleo) 3.200m D+ y satisfecho por ir controlando fuerzas durante el día para acabar totalmente vacío después de exprimirme en los últimos kilómetros. Dos horas rebajadas al crono del año anterior y dudo que pueda rebajar mucho más tiempo en futuras ediciones.
Con esto se acaba la carretera (por ahora) y toca descansar cuerpo y mente para volver el próximo 3 de Junio con mi segundo intento de Everesting Challenge.